jueves, 23 de junio de 2011

Carta de Arrepentimiento

Si bien nos conocimos hace 9 meses, producto de caricias y abrazos que jamás pensé recordaría en este instante, pero jamás tuve la posibilidad de verte durante este tiempo. Como verte? Si estabas en gestación. Ahora me siento tan arrepentido de haberte negado la posibilidad de escuchar mi voz, crear un vínculo desde el principio de tus días. Pensar solo en que somos personas que para estar bien con los demás, hay que partir por uno. Puede que sea verdad, pero en este momento suena egoísta. Tan arrepentido me siento de no haberme interesado que existía alguien en quien depositaria mi vida en un futuro, por cierto, que está en mis narices sucediendo en este instante, que daría lo que fuese por volver atrás y enmendar mis errores. Si bien es cierto, es una solución válida para remediar la ausencia de mi voz en tus oídos, siento que si no hubiese pasado esto, no sería capaz de entender que si una próxima vez te dejo solo, no sería nada, perdería mi rumbo, todos mis sentimientos y pensamientos de dejar un legado a través de la descendencia, se verían en el tacho de la basura.

Es por eso hijo, que pase lo que pase, jamás te dejare, serás parte de mi vida hasta el último momento de mi vida, hasta que se cumpla el ciclo natural de esta. De seguro, es muy probable que cometas el mismo error, como suele suceder a lo largo de la existencia de las familias, pero no te preocupes, que ahí estaré yo, para poder ayudarte a remediar esto, y enseñarte que nadie nos enseña a ser padre.

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